Curl de bíceps, el clásico incombustible


En el mundo del entrenamiento con pesas hay un ejercicio que nunca pasa de moda, pese a ser ya considerado todo un clásico, el curl de bíceps. La razón de su éxito es una fórmula muy simple, se trata de un ejercicio sencillo de realizar y cuyos resultados se notan casi al mismo tiempo en el que se está practicando.

El curl de bíceps a nivel general consiste en el levantamiento de mancuerna o barra utilizando el bíceps como músculo de fuerza y casi siempre apoyando el brazo sobre una superficie. La flexión del barzo y giros realizados con la muñeca son los principales valores diferenciales entre un tipo de curl y otro para bíceps.

De hecho, hay una gran cantidad de variantes. Con barra, normalmente en forma de W, es posible realizar el ejercicio de pie (curl scott) o sentado con un elemento de apoyo enfrente (curl scott sentado). Aunque puede parecer más sencillo por tener los dos brazos levantando el mismo peso, la posición de los brazos en un correcto movimiento impide que se pueda o deba levantar excesiva carga.

Con mancuernas el curl de bíceps tiene aún más opciones, pues puede hacerse de pie alterno y simultáneo, igual que sentado, así como más inclinado hacia delante y apoyando en la rodilla interior nuestro peso, etc.

Una variante conocida es la de curl de martillo, en la que las mancuernas se colocan de forma vertical y se sube y baja el brazo como si se sujetara un martillo.

El curl zottman es aquél que utiliza un movimiento de antebrazos al final de cada serie. De esta forma realizamos un curl de bíceps corriente y, al llegar al tramo final, giramos las muñecas hacia nosotros. Con esto aumentamos la fuerza y mejoramos la resistencia.
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