El entrenamiento del deportista se basa principalmente en dos factores. Por un lado está la rutina de entrenamiento diaria o semanal, que sigue unos patrones de ejercicios preestablecidos. Por otro lado está la dieta, también diaria o semanal, con la que se puede compaginar perfectamente la rutina existente.
Sin embargo, no son los únicos factores que pueden ayudarte a mejorar el entrenamiento, pues hay otras acciones que pueden realizarse en busca de una mejora considerable de los objetivos alcanzados.
A continuación os explicamos algunos de estos factores que podéis adoptar como prácticas diarias:
Consumir café antes del entrenamiento
Si bebes café asiduamente, puedes guardar una taza antes del entrenamiento. Activarás todo tu organismo antes de comenzar siquiera a calentar y notarás que tu nivel de cansancio es menor que en días anteriores.
Esta práctica debe ir en sintonía con el consumo normal que realices de café, intentando que no suponga un incremento del mismo, así como evitando tomarlo demasiado tarde incluso si tu entrenamiento comienza en la tarde-noche.
Un vaso de cerveza después del entrenamiento
Normalmente alcohol y actividad física no están relacionados, sin embargo si has realizado un esfuerzo considerable y notas un cansancio acusado, es posible que requieras cierta ayuda en la recuperación.
La cebada es precisamente uno de los mejores elementos para mejorar la oxigenación en la sangre y motivar una recuperación muscular más rápida que al ritmo corriente. Por descontado, hablamos de un solo vaso de cerveza a los pocos minutos de terminar el entrenamiento y que solo será útil para quienes padezcan problemas de oxigenación en sangre.
Prueba a dormir más
Si tus horas de sueño son escasas (menos de 7 horas) es posible que no puedas mejorar en tu entrenamiento. Incrementa en 1-2 horas el periodo de dormir y notarás cómo tanto el proceso digestivo te ayudará a adelgazar más, como el descanso diario te permitirá alcanzar nuevos límites en tus ejercicios.
Sin embargo, no son los únicos factores que pueden ayudarte a mejorar el entrenamiento, pues hay otras acciones que pueden realizarse en busca de una mejora considerable de los objetivos alcanzados.
A continuación os explicamos algunos de estos factores que podéis adoptar como prácticas diarias:
Consumir café antes del entrenamiento
Si bebes café asiduamente, puedes guardar una taza antes del entrenamiento. Activarás todo tu organismo antes de comenzar siquiera a calentar y notarás que tu nivel de cansancio es menor que en días anteriores.
Esta práctica debe ir en sintonía con el consumo normal que realices de café, intentando que no suponga un incremento del mismo, así como evitando tomarlo demasiado tarde incluso si tu entrenamiento comienza en la tarde-noche.
Un vaso de cerveza después del entrenamiento
Normalmente alcohol y actividad física no están relacionados, sin embargo si has realizado un esfuerzo considerable y notas un cansancio acusado, es posible que requieras cierta ayuda en la recuperación.
La cebada es precisamente uno de los mejores elementos para mejorar la oxigenación en la sangre y motivar una recuperación muscular más rápida que al ritmo corriente. Por descontado, hablamos de un solo vaso de cerveza a los pocos minutos de terminar el entrenamiento y que solo será útil para quienes padezcan problemas de oxigenación en sangre.
Prueba a dormir más
Si tus horas de sueño son escasas (menos de 7 horas) es posible que no puedas mejorar en tu entrenamiento. Incrementa en 1-2 horas el periodo de dormir y notarás cómo tanto el proceso digestivo te ayudará a adelgazar más, como el descanso diario te permitirá alcanzar nuevos límites en tus ejercicios.
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