En primer lugar, mejora nuestra postura general, tanto al andar como al sentarnos o también al realizar otros ejercicios. Esto es más importante todavía si tenemos unos pectorales muy desarrollados, dado que ambas partes de nuestro cuerpo (frontal y posterior) deben mantener el mayor equilibrio posible.
Como sucede con otros músculos, la espalda sirve para entrenar mejor otras partes del cuerpo. Aunque no nos demos cuenta, en ella muchas veces apoyamos parte de nuestra fuerza, de manera que así podemos mejorar en nuestro entrenamiento. Músculos como los hombr0os, los tríceps y los bíceps deben en muchas ocasiones más mérito a la espalda que a ellos mismos por un trabajo bien realizado.
De todos ellos, los bíceps son los que mejor parados salen. Es muy propio ver grandes espaldas y brazos fuertes, por lo que si quieres mejorar en bíceps, siempre entrena espalda también.
Por último, uno de los mayores beneficios de fortalecer la espalda es evitar de esta forma que tengamos que soportar problemas, lesiones y dolencias conforme avanza nuestra edad. Con una espalda fortalecida la columna puede resistir mejor el paso del tiempo, tanto en lo referente a los huesos como, por descontado, en lo que se refiere a los músculos de la espalda.
Puede parecer algo de menor importancia cuando se entrena siendo joven, pero con la edad, los problemas de espalda son los primeros en aparecer y con un buen entrenamiento de estos músculos, podremos no incluirlos nunca en nuestra vida.
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