En septiembre se produce el fenómeno conocido por todos como “Vuelta al cole”, supone en realidad el regreso a la rutina diaria de horario escolar de los más pequeños de la casa, que implica eliminar de raíz los hábitos lúdicos y de entretenimiento de las vacaciones para volver a implicarse en las clases y los estudios.
Este regreso está sabiamente planteado y puede extrapolarse a otros ámbitos de la vida, como la vuelta al gimnasio, que también se produce con masiva aceptación durante el mes de septiembre.
Aconsejamos fijarnos en la dinámica establecida por los colegios e institutos para aplicar una estrategia similar en el regreso al gimnasio. ¿Acaso nada más llegar los estudiantes tienen un examen de toda la evaluación?
Puede considerarse algo impensable a nivel teórico, pero en la práctica del gimnasio, muchos deportistas se lanzan de cabeza al press banca con el último peso que realizaron el día antes de las vacaciones deportivas. Esto conlleva en ocasiones una lesión, un inicio desastroso del entrenamiento de esta temporada y, a veces, un final abrupto e imprevisto de lo que podría haber sido un año de éxitos a nivel físico.
Igual que los estudiantes, el gimnasio se debe iniciar con calma, ¡queda toda una temporada para alcanzar los objetivos! Los primeros días deben servir de toma de contacto. Las rutinas establecidas en una dinámica de ejercicio constante no son válidas tras un periodo de descanso, dado que los músculos pueden sufrir las consecuencias de no haber estado en constante actividad.
Una rutina global en la que se utilicen todos los músculos es una acertada opción, con la que se “calientan” para rutinas más fuertes posteriores. Tras una o dos semanas con ella, se aconseja un periodo similar con una rutina intermedia, en la que se comience a plantear un mayor peso o ejercicios más costosos. Posteriormente, hacia el mes de octubre, si el “calentamiento” se ha realizado correctamente, la puesta en marcha de nuevo de la rutina tradicional podrá realizarse sin miedo a lesión y probablemente con mejores resultados que antes.
Este regreso está sabiamente planteado y puede extrapolarse a otros ámbitos de la vida, como la vuelta al gimnasio, que también se produce con masiva aceptación durante el mes de septiembre.
Aconsejamos fijarnos en la dinámica establecida por los colegios e institutos para aplicar una estrategia similar en el regreso al gimnasio. ¿Acaso nada más llegar los estudiantes tienen un examen de toda la evaluación?
Puede considerarse algo impensable a nivel teórico, pero en la práctica del gimnasio, muchos deportistas se lanzan de cabeza al press banca con el último peso que realizaron el día antes de las vacaciones deportivas. Esto conlleva en ocasiones una lesión, un inicio desastroso del entrenamiento de esta temporada y, a veces, un final abrupto e imprevisto de lo que podría haber sido un año de éxitos a nivel físico.
Igual que los estudiantes, el gimnasio se debe iniciar con calma, ¡queda toda una temporada para alcanzar los objetivos! Los primeros días deben servir de toma de contacto. Las rutinas establecidas en una dinámica de ejercicio constante no son válidas tras un periodo de descanso, dado que los músculos pueden sufrir las consecuencias de no haber estado en constante actividad.
Una rutina global en la que se utilicen todos los músculos es una acertada opción, con la que se “calientan” para rutinas más fuertes posteriores. Tras una o dos semanas con ella, se aconseja un periodo similar con una rutina intermedia, en la que se comience a plantear un mayor peso o ejercicios más costosos. Posteriormente, hacia el mes de octubre, si el “calentamiento” se ha realizado correctamente, la puesta en marcha de nuevo de la rutina tradicional podrá realizarse sin miedo a lesión y probablemente con mejores resultados que antes.
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