Hay un obstáculo importante para quienes no han entrenado nunca y quieren, como es lógico a principios de cada año, mejorar físicamente.
En estos casos, tanto el entrenamiento con pesas en casa, como la sala específica de un gimnasio o las clases especializadas, suponen un reto demasiado difícil de superar como para planteárselo a medio o largo plazo.
Por suerte, hay rutinas que permiten la adecuación del cuerpo a un entrenamiento constante y te recomendamos que las pongas en práctica. En primer lugar te servirán para amoldarte a una rutina de entrenamiento, dedicar un tiempo de cada día de la semana a ello y habituar los músculos a tener que hacer ejercicio en una hora determinada del día.
Por descontado, también tiene consecuencias en tu cuerpo físico, conseguirás adelgazar (principal motivo de entrenamiento en la mayoría de deportistas) y ganar cierta resistencia para continuar de forma ascendente en tu entrenamiento.
Una rutina de tonificación continua
Estamos ante una rutina poco convencional y, para muchos deportistas experimentados, resultará repetitiva. Pese a ello, el deportista iniciado lo considerará suficientemente variado como para poder acometer su desarrollo todos los días de la semana.
Se inicia con 15 minutos de bicicleta, a ritmo ligero. Se recomienda ir subiendo el ritmo lo máximo posible, conforme notemos que el cuerpo puede resistir mejor el ejercicio.
Tras estos 15 minutos pasamos a los bancos de abdominales, con ejercicios variados de entre 10 y 15 repeticiones al menos en series de 3. Un par o dos de ejercicios es suficiente como para poder ejercitar un movimiento muscular completo, sin que por ello vayamos a sufrir lesiones o excesivas agujetas.
Posteriormente, regresamos de nuevo a la bicicleta, para unos 15 minutos más en los que se debe intentar superar la marca anterior.
Dos o tres semanas con esta rutina simple, rápida y efectiva mejorarán considerablemente la resistencia corporal como para iniciar un entrenamiento mucho más completo y efectivo en el resto de disciplinas existentes.
En estos casos, tanto el entrenamiento con pesas en casa, como la sala específica de un gimnasio o las clases especializadas, suponen un reto demasiado difícil de superar como para planteárselo a medio o largo plazo.
Por suerte, hay rutinas que permiten la adecuación del cuerpo a un entrenamiento constante y te recomendamos que las pongas en práctica. En primer lugar te servirán para amoldarte a una rutina de entrenamiento, dedicar un tiempo de cada día de la semana a ello y habituar los músculos a tener que hacer ejercicio en una hora determinada del día.
Por descontado, también tiene consecuencias en tu cuerpo físico, conseguirás adelgazar (principal motivo de entrenamiento en la mayoría de deportistas) y ganar cierta resistencia para continuar de forma ascendente en tu entrenamiento.
Una rutina de tonificación continua
Estamos ante una rutina poco convencional y, para muchos deportistas experimentados, resultará repetitiva. Pese a ello, el deportista iniciado lo considerará suficientemente variado como para poder acometer su desarrollo todos los días de la semana.
Se inicia con 15 minutos de bicicleta, a ritmo ligero. Se recomienda ir subiendo el ritmo lo máximo posible, conforme notemos que el cuerpo puede resistir mejor el ejercicio.
Tras estos 15 minutos pasamos a los bancos de abdominales, con ejercicios variados de entre 10 y 15 repeticiones al menos en series de 3. Un par o dos de ejercicios es suficiente como para poder ejercitar un movimiento muscular completo, sin que por ello vayamos a sufrir lesiones o excesivas agujetas.
Posteriormente, regresamos de nuevo a la bicicleta, para unos 15 minutos más en los que se debe intentar superar la marca anterior.
Dos o tres semanas con esta rutina simple, rápida y efectiva mejorarán considerablemente la resistencia corporal como para iniciar un entrenamiento mucho más completo y efectivo en el resto de disciplinas existentes.
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