Uno de los grandes riesgos del entrenamiento físico lo representan las lesiones. Incluso los músculos mejor preparados pueden sufrir un problema que, posteriormente, se convierta en toda una base para que se produzca una lesión.
Para prevenir estas situaciones es de especial importancia tanto el calentamiento previo como los estiramientos posteriores. Sin embargo, también es posible y recomendable realizar ejercicios paralelos, que permitan ofrecer a los músculos todo lo necesario para que no se produzcan tan fácilmente las lesiones.
La importancia de la ducha
Puede parecer un hecho secundario, pero la ducha posterior al entrenamiento bien aprovechada sirve para atenuar los músculos y ofrecerles una más fácil relajación. Los cambios de temperatura sin muchas veces utilizados para la tonificación muscular, sin embargo esto tiene un gran riesgo, que es producir una rigidez o contracción del músculo mucho más fácil que se recuperara su temperatura corriente de forma más pausada.
Es recomendable una ducha apropiada según el caso, con fresco en verano y agua cálida en invierno, evitando los extremos todo lo posible. Para terminar, intenta siempre que el agua tibia permita un proceso de contracción constante pero no arriesgado.
Calor seco en los músculos
Si son frecuentes las contracturas, el calor seco durante no más tiempo de 5-10 minutos es muy recomendable. El calor seco puede aplicarse mediante una almohadilla eléctrica o con lámparas de calor.
Es importante no exceder los 10 minutos, porque los músculos aunque inicialmente se relajen y produzcan sensación de alivio, luego se contraen más rápidamente y pueden llegar a doler bastante.
Masajes musculares
Sin buscar quiromasajistas, ni masajes descontracturales, lo cierto es que un masaje que estimule el músculo, favoreciendo con ello menos tensión en la zona y mayor capacidad de estiramiento con el paso del tiempo, algo muy útil en entrenamientos aeróbicos.
Para prevenir estas situaciones es de especial importancia tanto el calentamiento previo como los estiramientos posteriores. Sin embargo, también es posible y recomendable realizar ejercicios paralelos, que permitan ofrecer a los músculos todo lo necesario para que no se produzcan tan fácilmente las lesiones.
La importancia de la ducha
Puede parecer un hecho secundario, pero la ducha posterior al entrenamiento bien aprovechada sirve para atenuar los músculos y ofrecerles una más fácil relajación. Los cambios de temperatura sin muchas veces utilizados para la tonificación muscular, sin embargo esto tiene un gran riesgo, que es producir una rigidez o contracción del músculo mucho más fácil que se recuperara su temperatura corriente de forma más pausada.
Es recomendable una ducha apropiada según el caso, con fresco en verano y agua cálida en invierno, evitando los extremos todo lo posible. Para terminar, intenta siempre que el agua tibia permita un proceso de contracción constante pero no arriesgado.
Calor seco en los músculos
Si son frecuentes las contracturas, el calor seco durante no más tiempo de 5-10 minutos es muy recomendable. El calor seco puede aplicarse mediante una almohadilla eléctrica o con lámparas de calor.
Es importante no exceder los 10 minutos, porque los músculos aunque inicialmente se relajen y produzcan sensación de alivio, luego se contraen más rápidamente y pueden llegar a doler bastante.
Masajes musculares
Sin buscar quiromasajistas, ni masajes descontracturales, lo cierto es que un masaje que estimule el músculo, favoreciendo con ello menos tensión en la zona y mayor capacidad de estiramiento con el paso del tiempo, algo muy útil en entrenamientos aeróbicos.
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