Los circuitos de entrenamiento son rutinas basadas en un recorrido puntual por todos los músculos de nuestro cuerpo. Un circuito puede basarse en el entrenamiento de los músculos anterior y posterior, aunque en la mayoría de las veces se basa en una de las dos modalidades.
Estos circuitos de entrenamiento son muy comunes en los gimnasios, aunque también podemos utilizarlos en un entrenamiento en casa. Su aplicación puede tener muchos motivos, los vemos a continuación.
Un entrenamiento inicial
Para quien nunca ha entrenado o hace mucho tiempo que lo había hecho, un circuito de entrenamiento está pensado para “despertar” a los músculos, habituarlos a hacer ejercicio y estar preparados para una rutina más específica para cada uno de ellos.
Evitar lesiones o recuperarse de ellas
Tanto como sistema de prevención como metodología de rehabilitación, los circuitos de entrenamiento permiten estar activos en lo que a musculación se refiere, sin correr riesgo de sufrir un contratiempo.
En el caso de que tengamos una lesión específica, ese músculo es probable que deba recibir una dedicación especial, ya sea con ejercicios enfocados a reforzarlo o evitando movimientos que puedan agravar la situación.
Completar el entrenamiento de todos los músculos
En rutinas avanzadas, la dedicación necesaria para entrenar todos los músculos puede ser muy exigente. Las necesidades del día a día pueden impedir a un deportista dedicar todo el tiempo que le gustaría a un entrenamiento de este tipo.
En estas situaciones, lo mejor que se puede hacer es optar por un circuito de entrenamiento, con el que se consigue entrenar todos los músculos y, de esta forma, aquellos que no hayan recibido la dedicación óptima durante la rutina de la semana, al menos podrán estar activos y ejercitarse un poco.
Al inicio de una nueva rutina, deberíamos priorizar su entrenamiento para no perder ritmo con respecto al resto de músculos.
Estos circuitos de entrenamiento son muy comunes en los gimnasios, aunque también podemos utilizarlos en un entrenamiento en casa. Su aplicación puede tener muchos motivos, los vemos a continuación.
Un entrenamiento inicial
Para quien nunca ha entrenado o hace mucho tiempo que lo había hecho, un circuito de entrenamiento está pensado para “despertar” a los músculos, habituarlos a hacer ejercicio y estar preparados para una rutina más específica para cada uno de ellos.
Evitar lesiones o recuperarse de ellas
Tanto como sistema de prevención como metodología de rehabilitación, los circuitos de entrenamiento permiten estar activos en lo que a musculación se refiere, sin correr riesgo de sufrir un contratiempo.
En el caso de que tengamos una lesión específica, ese músculo es probable que deba recibir una dedicación especial, ya sea con ejercicios enfocados a reforzarlo o evitando movimientos que puedan agravar la situación.
Completar el entrenamiento de todos los músculos
En rutinas avanzadas, la dedicación necesaria para entrenar todos los músculos puede ser muy exigente. Las necesidades del día a día pueden impedir a un deportista dedicar todo el tiempo que le gustaría a un entrenamiento de este tipo.
En estas situaciones, lo mejor que se puede hacer es optar por un circuito de entrenamiento, con el que se consigue entrenar todos los músculos y, de esta forma, aquellos que no hayan recibido la dedicación óptima durante la rutina de la semana, al menos podrán estar activos y ejercitarse un poco.
Al inicio de una nueva rutina, deberíamos priorizar su entrenamiento para no perder ritmo con respecto al resto de músculos.
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