Entre los propósitos de Año Nuevo uno de los más frecuentes es el de ir de una vez por todas al gimnasio de forma constante. El problema es que, a la hora de intentarlo, los resultados tardan mucho en llegar.
En realidad esto no es culpa del entrenamiento, sino del deportista. Estos resultados se retrasan por malos hábitos realizados comúnmente entre los deportistas, que al final dinamitan su voluntad de seguir entrenando.
Entrena de forma global
Ni solo los ejercicios aeróbicos son recomendables, ni tampoco limitarse a la sala de pesas sin pisar un banco abdominal.
Como tantas otras cosas en la vida, el equilibrio es lo que ofrece los resultados más notables en el menor tiempo posible. Luego ya podrás centrar tu entrenamiento en unos objetivos concretos.
Mantén la misma dieta
Desde luego comer más por hacer ejercicio es una mala excusa de la que solo se consigue subir de peso. Pero muchos deportistas asumen una estricta dieta, muchas veces perjudicial para sus objetivos físicos.
En lugar de ello, mantén la misma dieta y notarás cómo, con ejercicio físico, consigues resultados cuando antes no lo hacías. Poco a poco ves adoptando una dieta adecuada a tu entrenamiento para maximizar los resultados.
Dedica un 50% del tiempo a las fases pre y post
El calentamiento antes de entrenar y los estiramientos posteriores te ayudarán a realizar los ejercicios más fácilmente. Pero lo más importante es que también evitarán lesiones durante su práctica.
Muchos deportistas dedican todo su esfuerzo a cumplir su propósito de año nuevo de comenzar el gimnasio al máximo nivel y olvidan estas fases, por lo que enseguida se lesionan y todos sus planes de entrenamiento del año se convierten en inalcanzables. Dedica al menos el 50% inicialmente a estas fases y verás cómo tu cuerpo se refuerza ante posibles lesiones.
En realidad esto no es culpa del entrenamiento, sino del deportista. Estos resultados se retrasan por malos hábitos realizados comúnmente entre los deportistas, que al final dinamitan su voluntad de seguir entrenando.
Entrena de forma global
Ni solo los ejercicios aeróbicos son recomendables, ni tampoco limitarse a la sala de pesas sin pisar un banco abdominal.
Como tantas otras cosas en la vida, el equilibrio es lo que ofrece los resultados más notables en el menor tiempo posible. Luego ya podrás centrar tu entrenamiento en unos objetivos concretos.
Mantén la misma dieta
Desde luego comer más por hacer ejercicio es una mala excusa de la que solo se consigue subir de peso. Pero muchos deportistas asumen una estricta dieta, muchas veces perjudicial para sus objetivos físicos.
En lugar de ello, mantén la misma dieta y notarás cómo, con ejercicio físico, consigues resultados cuando antes no lo hacías. Poco a poco ves adoptando una dieta adecuada a tu entrenamiento para maximizar los resultados.
Dedica un 50% del tiempo a las fases pre y post
El calentamiento antes de entrenar y los estiramientos posteriores te ayudarán a realizar los ejercicios más fácilmente. Pero lo más importante es que también evitarán lesiones durante su práctica.
Muchos deportistas dedican todo su esfuerzo a cumplir su propósito de año nuevo de comenzar el gimnasio al máximo nivel y olvidan estas fases, por lo que enseguida se lesionan y todos sus planes de entrenamiento del año se convierten en inalcanzables. Dedica al menos el 50% inicialmente a estas fases y verás cómo tu cuerpo se refuerza ante posibles lesiones.
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