Las lesiones son el principal riesgo existente en un entrenamiento, sea cual sea la modalidad deportiva sobre la que queremos mejorar, así como nuestra preferencia a la hora de realizar los ejercicios.
Sin embargo, prevenir lesiones no es difícil, solo hay que seguir una serie de prácticas habituales, con las que dispondremos del mejor estado físico para no sufrir este tipo de dolencias.
Calentamiento de prevención
El calentamiento suele evitarse por motivos de tiempo, pero en realidad es el mejor ejercicio con el que prevenir lesiones. Gracias a él ponemos “en marcha” a nuestro cuerpo y afrontamos los posteriores ejercicios propios del entrenamiento con mayor elasticidad y flexibilidad corporal, un rendimiento de los músculos mayor y la adecuada preparación cardíaca y pulmonar.
Series de inicio
Muchas veces se recomienda no comenzar con el peso máximo, sobre todo en el entrenamiento con máquinas y pesas. La razón es que debemos entrenar a los músculos en la práctica del ejercicio, para que puedan ofrecernos mejores resultados y, más importante todavía, para que no se lesionen.
Utiliza un par de series de inicio en cualquier principio de entrenamiento y, a ser posible, en cada ejercicio que forme parte de tu rutina habitual. Así estarás preparado para afrontar el ejercicio completo al peso máximo con menor riesgo de lesión.
Cuidado con la sobrecarga
Siempre se busca superar un peso máximo, pero si necesitamos ayuda durante todo el ejercicio, no lo estamos consiguiendo. La sobrecarga es óptima en las dos últimas repeticiones de una serie, cuando el músculo puede haber agotado su resistencia al peso que le imponemos.
Si agotamos el músculo desde la primera serie, incluso con la ayuda que nos presten, al final puede ceder y provocarse una de las temidas lesiones.
Estiramientos finales
Los estiramientos finales ayudan en el enfriamiento progresivo de los músculos. A veces, sentimos una lesión a las horas o incluso días de haber entrenado. El estiramiento permite que este enfriamiento se produzca de manera suave, sin afectar a nuestros músculos y manteniendo el riesgo de lesión bajo mínimos.
Sin embargo, prevenir lesiones no es difícil, solo hay que seguir una serie de prácticas habituales, con las que dispondremos del mejor estado físico para no sufrir este tipo de dolencias.
Calentamiento de prevención
El calentamiento suele evitarse por motivos de tiempo, pero en realidad es el mejor ejercicio con el que prevenir lesiones. Gracias a él ponemos “en marcha” a nuestro cuerpo y afrontamos los posteriores ejercicios propios del entrenamiento con mayor elasticidad y flexibilidad corporal, un rendimiento de los músculos mayor y la adecuada preparación cardíaca y pulmonar.
Series de inicio
Muchas veces se recomienda no comenzar con el peso máximo, sobre todo en el entrenamiento con máquinas y pesas. La razón es que debemos entrenar a los músculos en la práctica del ejercicio, para que puedan ofrecernos mejores resultados y, más importante todavía, para que no se lesionen.
Utiliza un par de series de inicio en cualquier principio de entrenamiento y, a ser posible, en cada ejercicio que forme parte de tu rutina habitual. Así estarás preparado para afrontar el ejercicio completo al peso máximo con menor riesgo de lesión.
Cuidado con la sobrecarga
Siempre se busca superar un peso máximo, pero si necesitamos ayuda durante todo el ejercicio, no lo estamos consiguiendo. La sobrecarga es óptima en las dos últimas repeticiones de una serie, cuando el músculo puede haber agotado su resistencia al peso que le imponemos.
Si agotamos el músculo desde la primera serie, incluso con la ayuda que nos presten, al final puede ceder y provocarse una de las temidas lesiones.
Estiramientos finales
Los estiramientos finales ayudan en el enfriamiento progresivo de los músculos. A veces, sentimos una lesión a las horas o incluso días de haber entrenado. El estiramiento permite que este enfriamiento se produzca de manera suave, sin afectar a nuestros músculos y manteniendo el riesgo de lesión bajo mínimos.
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