La hidratación deportiva no consiste únicamente en beber agua durante el ejercicio físico. De hecho, esta práctica, que es común entre muchos deportistas, en realidad es insuficiente.
La hidratación deportiva tiene 3 fases, correspondientes también con el entrenamiento, es decir, antes, durante y después del mismo.
Hidratación deportiva antes del entrenamiento
Antes del entrenamiento debemos garantizar la hidratación de nuestro cuerpo. Podemos hacerlo de forma sencilla con fruta que contenga mucha agua, así como con productos que añadan sabor al agua, de forma que nos motivará a beber más y estar suficientemente hidratados antes del entrenamiento.
Hidratación deportiva durante el entrenamiento
Durante el entrenamiento es cuando más hidratación necesitaremos. Con la sudoración y la pérdida de minerales necesitamos algo más que agua para garantizar una correcta hidratación deportiva.
La ingestión de electrolitos y de carbohidratos, complementada con minerales de distinta tipología, podemos obtenerlos a través de bebidas isotónicas. Con ello impediremos que la pérdida de estos elementos nos afecte en el rendimiento deportivo durante el entrenamiento e, incluso si conseguimos equilibrarlo con la ingesta adecuada de hidratación, podemos hasta mejorar los límites de nuestros músculos.
Hidratación deportiva después del entrenamiento
Una vez termine el entrenamiento, nuestro cuerpo requiere mucha más hidratación que cuando no ha realizado ejercicio físico. Por tanto, tenemos un doble objetivo. Por un lado garantizar que esa hidratación se mantenga de la forma adecuada.
Por otro lado, debemos garantizar que los músculos tendrán todos los ingredientes necesarios para disfrutar de una correcta recuperación y, al mismo tiempo, que puedan desarrollarse lo suficiente, de acuerdo al esfuerzo realizado.
Por ese motivo, la hidratación en esta fase suele combinarse con bebidas que contienen BCAAs, para así obtener de ella toda la ayuda energética y de recuperación que se precisa por parte del deportista.
La hidratación deportiva tiene 3 fases, correspondientes también con el entrenamiento, es decir, antes, durante y después del mismo.
Hidratación deportiva antes del entrenamiento
Antes del entrenamiento debemos garantizar la hidratación de nuestro cuerpo. Podemos hacerlo de forma sencilla con fruta que contenga mucha agua, así como con productos que añadan sabor al agua, de forma que nos motivará a beber más y estar suficientemente hidratados antes del entrenamiento.
Hidratación deportiva durante el entrenamiento
Durante el entrenamiento es cuando más hidratación necesitaremos. Con la sudoración y la pérdida de minerales necesitamos algo más que agua para garantizar una correcta hidratación deportiva.
La ingestión de electrolitos y de carbohidratos, complementada con minerales de distinta tipología, podemos obtenerlos a través de bebidas isotónicas. Con ello impediremos que la pérdida de estos elementos nos afecte en el rendimiento deportivo durante el entrenamiento e, incluso si conseguimos equilibrarlo con la ingesta adecuada de hidratación, podemos hasta mejorar los límites de nuestros músculos.
Hidratación deportiva después del entrenamiento
Una vez termine el entrenamiento, nuestro cuerpo requiere mucha más hidratación que cuando no ha realizado ejercicio físico. Por tanto, tenemos un doble objetivo. Por un lado garantizar que esa hidratación se mantenga de la forma adecuada.
Por otro lado, debemos garantizar que los músculos tendrán todos los ingredientes necesarios para disfrutar de una correcta recuperación y, al mismo tiempo, que puedan desarrollarse lo suficiente, de acuerdo al esfuerzo realizado.
Por ese motivo, la hidratación en esta fase suele combinarse con bebidas que contienen BCAAs, para así obtener de ella toda la ayuda energética y de recuperación que se precisa por parte del deportista.
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