Las manos constituyen una de las partes del cuerpo humano menos cuidadas en relación al entrenamiento. Con las manos se sujetan mancuernas, se levantan barras de peso, se apoya el cuerpo para realizar flexiones… Su utilidad es constante y, sin embargo, casi nunca se entrena de forma adecuada.
Las manos están formadas por huesos, terminaciones nerviosas y articulaciones, dado que de ella también forma parte la muñeca, uno de los principales focos de lesiones cuando hablamos de esta parte del cuerpo.
No existe como tal un entrenamiento de manos exclusivamente, pero sí podemos realizar ejercicios para reforzarlas y convertirlas en elementos fuertes de nuestra constitución, algo que a la larga notaremos de gran utilidad para realizar casi todos los ejercicios del entrenamiento.
En primer lugar, debemos cuidar al máximo la muñeca e intentar reforzar su cobertura muscular mínima, mediante ejercicios con un palo, al que se le ata una pesa. El palo se coge con las dos manos en sus extremos y se empieza a realizar movimientos ondulantes arriba y abajo, de manera que reforzamos la resistencia de la muñeca principalmente.
Para tener una mano en la que los dedos sean capaces de agarrar con seguridad y firmeza, los accesorios de presión (bolas y muelles) permiten alcanzar este objetivo, si bien hay que realizar el ejercicio con muchas repeticiones.
También podemos realizar deportes alternativos en los que las manos salgan reforzadas como la escalada, el pádel o el tenis. En todos estos casos realizaremos un mayor esfuerzo con las manos del que normalmente realizamos con otros deportes o durante el entrenamiento.
Ahora bien, reforzar las manos y la muñeca, al ser tan pequeños, requiere mucha prudencia. Es preferible realizar estos entrenamientos de forma muy esporádica y con mucho cuidado, precisión y atención en lo que se hace, dado que una lesión en esta parte del cuerpo es difícil de rehabilitar.
Las manos están formadas por huesos, terminaciones nerviosas y articulaciones, dado que de ella también forma parte la muñeca, uno de los principales focos de lesiones cuando hablamos de esta parte del cuerpo.
No existe como tal un entrenamiento de manos exclusivamente, pero sí podemos realizar ejercicios para reforzarlas y convertirlas en elementos fuertes de nuestra constitución, algo que a la larga notaremos de gran utilidad para realizar casi todos los ejercicios del entrenamiento.
En primer lugar, debemos cuidar al máximo la muñeca e intentar reforzar su cobertura muscular mínima, mediante ejercicios con un palo, al que se le ata una pesa. El palo se coge con las dos manos en sus extremos y se empieza a realizar movimientos ondulantes arriba y abajo, de manera que reforzamos la resistencia de la muñeca principalmente.
Para tener una mano en la que los dedos sean capaces de agarrar con seguridad y firmeza, los accesorios de presión (bolas y muelles) permiten alcanzar este objetivo, si bien hay que realizar el ejercicio con muchas repeticiones.
También podemos realizar deportes alternativos en los que las manos salgan reforzadas como la escalada, el pádel o el tenis. En todos estos casos realizaremos un mayor esfuerzo con las manos del que normalmente realizamos con otros deportes o durante el entrenamiento.
Ahora bien, reforzar las manos y la muñeca, al ser tan pequeños, requiere mucha prudencia. Es preferible realizar estos entrenamientos de forma muy esporádica y con mucho cuidado, precisión y atención en lo que se hace, dado que una lesión en esta parte del cuerpo es difícil de rehabilitar.
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